No pasó, sólo pudo ser
--¿Que qué pasó…? Pues, nos casamos—dijo Ella.
--¿Qué dices…?—gritaron al unísono las seis.
--Sí, cada uno con su cada cual. Años sin vernos, sin tropezarnos hasta que un día, buscando información en la red, vi su nombre… y lo contacté. No les puedo enseñar todos las pláticas escritas que sostuvimos porque las borré casi todas, solo ésta quedó escondida…
20:09 Ella: Hola.
Él: Hola Ella, dime que ahora no vas a hacer travesuras.
Ella: ¿Cómo cuáles?
Él: Anoche me dormí con una sonrisa.
Ella: Grax, yo también.
20:33 Él: ¿Tú temes a la ira del señor?
Ella: Er… mmmh, ¿cuál señor? ¿El de los cielos o el de las plegarias?
Él: Ambos son el mismo.
Ella: No, el primero era narco, y ya no está. El segundo es amor, y no ira.
Él: Tú ganas, aunque te confieso que me sentí travieso al acostarme, pero hoy es una tarde-noche hermosa con lluvia y me siento afortunado de que estemos "en línea".
Ella: Grax, yo también. Es como rescatar una vieja foto que te trae muchos recuerdos, unos maravillosos y otros no tanto, como aquella vez que no coincidimos en el metro o cuando no llegaste y tuve que darle la vuelta al ruedo yo solita (bueno, iba con mi hermanita, a quien tuve que sobornar para que me acompañara).
20:42 Él: Mira, Ella, recuerdos (y reclamos) tengo varios... ahora que te veo no sé por dónde empezar, ni siquiera si hay un principio.
Ella: Eso he estado pensando. ¿Hubo final, final?
Él: Me pregunto en cuanto podemos valorar nuestra ligereza, la que nos ha mantenido a flote.
Ella: ¿Podrías definir "ligereza"?
Él: Por supuesto, al cerrar la conversación anoche recordé dos cosas contradictorias, una que nunca te pedí que fueras mi novia (formalmente) y la otra que no nos desgarramos las vestiduras para decirnos adiós, como si no valoráramos el esfuerzo hecho. ¡Eso es ligereza!
Ella: Te serviría pensar que sí “lloré, y lloré, y lloré, noche tras noche, caray, noche tras noche…”. No recuerdo cuando fue. Ah, sí, cuando supe que ibas a tener un hijo.
Él: Y al año siguiente llegó tu hijo, ¡en hora buena!
21:00 Ella: Grax.
21:01 Él: La ligereza nos permite vivir. Yo también lloré, sin que las lágrimas me escurrieran, solo me moví en la tristeza para seguir en ella otros años más. Entregué mi patrimonio, me dije fiel padre y me conformé cuando me mandaron al diablo…
Ella: Antes de continuar, quisiera hacerte dos preguntas indiscretas:
Él: Dime
Ella: Una: no te causa problemas hablar de este tema taaaaaaan lejano. La otra: ¿anduviste con Aquélla???????????? Él: ¡Claro que no! Lo que puede ser difícil de entender es que hayamos dormido una noche juntos, pero ¿eso me convierte en infiel frente a tus ojos?
Ella: jajajajajajajajajajajajaa. ¿Durmieron o no durmieron?
Él: Sí, dormimos.
Ella: ¿Con los ojitos cerrados?
Él: Sí, y éramos novios tú y yo, pero no supe como explicártelo. Hoy en día sería claro que no significó nada en la vida de Aquélla, porque no hubo nada entre nosotros.
Ella: Gracias, por aclararlo 20 años después.
Él: Lo intenté en su momento. Aquélla lo sabe.
Ella: No creas que estoy enojada, me parece más un guión de radio. Me encanta la idea de platicarlo, nunca habíamos aclarado nada ni nunca habíamos terminado nada, y si me apuras, nunca comenzamos nada formal… Pero lo que hubo fue tan especial para mí, que me dejó una postal imborrable de lo que podía ser una relación de pareja.
Él: Éramos novios.
Ella: Me haces sonrojar… ¿qué fue lo que pasó? Pareciera que todo conspiraba en nuestra contra.
Él: Ella, ¿cómo podíamos tener algo a favor, si nos encargamos de taparlo? Tu mami no sabía de mí por generación espontánea y Aquélla tampoco era una ingenua.
Ella: Era el "dulce gozo de saberte clandestino”. No lo sé, era yo muy tonta. Bueno, era lista en la escuela, pero en estas cuestiones no.
Él: No es cierto.
Te tomé de la mano y te dije caminemos juntos. Tu otra mano se aferró a un poste y me dejó ir.
Así lo vi, aclaro.
….
¿Te he dicho que me costó olvidarte?
Ella: Y pensar que pensaba que no pensabas en mí.
Él: Ni siquiera lo quise suponer. Preferí verte frívola, niña pirruris, conformista con la vida, demandante de premios y ansiosa del "bien hecho".
Ella: ¿Nunca pensaste que yo tenía miedo?
Él: Ella, te di la mano...¡ Y me pusiste un apodo! Ella: Upps, y me dejaste con un atentado al corazón.
Él: Ella, no temo al juicio porque ya pasé lo peor, asimilar el olvido
Ella: No hay juicio.
Él: Entonces ¿cuál es el presente? ¿La red? Creo que te distraigo...
Ella: Nop. Me hacía falta escucharte…
Él: Nos ha llegado la noche una vez más...
Ella: Bueno, te dejo, ha sido una tarde noche muuuuuuuuy larga. Me ha dejado un buen sabor de boca, aclarar después de tantos años una situación tan poco clara.
Él: Va.
Ella: Es menos doloroso que no saber que pasó.
Él: Ella, no pasó, sólo pudo ser. Buenas noches
Ella: Buenas noches.
Él: Bye, besos.
Ella: Bye.
No pasó, solo pudo ser…
En un mundo alternativo y real
pudo ser una linda historia,
pudo tener un feliz final.
Ahora tiene muchos finales:
los míos, los suyos, los ciertos, los reales,
los queridos, los añorados, los potenciales,
los sufridos, los odiados, los olvidados,
los falsos, los cursis, los no deseados.
Pudo ser una historia intrascendente,
como la de muchas parejas,
la de mucha gente
que pasan por la vida y no dejan huella.
Pudo ser una historia de amor,
la más grande, la más tierna,
con un final desesperado y triste, como el de Romeo y Julieta.
Y sólo pudo ser…
Continuará...