Éranse dos plumas fuentes de creatividad, que amaban la gramática, arañaban los tiempos verbales y se reconocieron como pronombres personales.
Sin querer poner punto y aparte, o punto final, se encontraban en medio de unos paréntesis o de frases incidentales laaargas y tiernas.
¿Acentos? los usaban con frecuencia, sobre todo en los verbos irreflexivos, porque los reflexivos se los dejaban a los monótonos lapiceros.
Escribían en el margen de las hojas de sus vidas.
Les gustan las conjunciones copulativas, evitaban las adversativas, aunque a veces hubieran concesivas o explicativas.
Sin querer poner punto y aparte, o punto final, se encontraban en medio de unos paréntesis o de frases incidentales laaargas y tiernas.
¿Acentos? los usaban con frecuencia, sobre todo en los verbos irreflexivos, porque los reflexivos se los dejaban a los monótonos lapiceros.
Escribían en el margen de las hojas de sus vidas.
Les gustan las conjunciones copulativas, evitaban las adversativas, aunque a veces hubieran concesivas o explicativas.
en un mar de palabras podían encontrarse sin mucha dificultad, sobretodo, siguiendo el sentido del texto o las notas del piano.
Con marco teórico desenfocado
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